El también pintor checo František Mořic Nágl, asesinado en Auschwitz en 1944, ofrece en sus obras de la muestra una visión muy cercana de cómo se vivía en el gueto de Terezín. En sus acuarelas expuestas en Berlín, se observan literas sobre las que se amontonan quienes habitan en abarrotadas viviendas en ausencia total de intimidad. Pese a que existe en el artista una aspiración estética con el uso de colores vivos, esas imágenes son de las que hacen pensar a Stefanie, una jubilada de 65 años, en lo dramática que fue aquella realidad y en cuánto se parece, según ella, a la crisis de los refugiados.
La gente que se va ahora de su casa está en una situación diferente a la de las personas que fueron expulsadas durante el nazismo, pero creo que se puede hacer un paralelismo”, dice esta berlinesa tras haber visto la muestra.
“Los hay, entre quienes visitan la exposición, a quienes casi resulta familiar las imágenes de Arte del Holocausto. Meses llevan ya miles de personas arriesgando sus vidas al caminar pese al frío y la lluvia o al viajar por mar en peligrosas embarcaciones para venir a Europa y vivir en condiciones precarias por la visible falta de coordinación y medios con los que la Unión Europea afrontan la situación migratoria. Hecha en acuarela
Pintura de Frantisek Moic Nágl
Fecha desconocida
No creo que podamos comparar una situación con la otra, sin embargo las dos son muy tristes...
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