Autor Liana Franklová a los 10 años
Terezín fue el campo de concentración instalado por
los nazis La llamada “Sala de espera del infierno” fue
parada sin fonda de 150.000 Judíos y de más de
15.000 niños y preadolescentes con destino
Auschwitz. Una mujer -Friedl Dicker Brandeis- dedicó
su internado a enseñar clandestinamente arte y pintura
como terapia evasiva a muchos de esos niños. Antes
de marchar al patíbulo, Friedl rescató 4.500 de los
dibujos que más tarde sirvieron como prueba en
Nuremberg y que son testimonio indeleble de aquella
barbarie
Como el ser humano destruye a otro ser humano?...
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